Ingredientes:
- 6
     cebollas grandes y dulces
- 30
     ml de aceite de oliva extra virgen (2 cucharadas)
- 60
     g de mantequilla
- 1
     diente de ajo
- 2
     litros de caldo de carne
- 12
     rebanadas de pan del tipo baguette
- 3
     cucharadas de harina de trigo
- 1
     cucharadita de azúcar
- Sal
     y pimienta negra recién molida (al gusto)
- 20
     ml de brandy o coñac
- 100
     g de queso rallado suave (tipo Gruyère)
Elaboración:
- En
     esta sopa debemos emplear cebollas dulces, las encontraremos en el mercado
     o cualquier supermercado. Podéis emplear otro tipo de cebolla pero el
     sabor no será igual de suave y meloso.
- Pelamos y cortamos
     en juliana (a lo largo y en finísimas rodajas) las cebollas dulces.
     Reservamos en un cuenco.
- Elegimos
     una cazuela grande, calentamos el aceite en el fondo de la cazuela.
     Añadimos la mantequilla, que es la verdadera base de esta
     sopa francesa.
- Cuando
     se haya derretido y mezclado con el aceite de oliva introducimos las
     cebollas y el ajo muy picadito. Añadimos también un poco de sal y
     pimienta negra. El efecto salado nos ayudará a que las cebollas suden y
     que se ablanden antes.
- Removemos
     con una cuchara de madera de manera envolvente hasta que la cebolla quede
     transparente o translúcida, no debe coger color.
- Este
     proceso es lento porque queremos tener la cebolla blandita sin que se
     queme. Con fuego muy suave tardaremos unos 20-25 minutos.
- Podéis
     tapar o no la cazuela durante la cocción aunque si la tapáis el agua que
     va soltando el sofrito quedará en la cazuela y evitará que la cebolla tome
     color tostado.
- Si
     no hemos usado cebollas dulces en este momento podemos agregar una
     cucharada de azúcar. Aunque debemos tener cuidado de que no caramelice muy
     rápido para que la cebolla no quede con color.
- Espolvoreamos la
     harina en la cazuela y removemos con cuidado para mezclarla bien. 
- Añadimos
     el brandy y dejamos 1-2 minutos que se evapore.
- Introducimos
     el caldo, de carne o de lo que más nos guste, por ejemplo pollo, pescado o
     verduras (así le daréis vuestro toque a la sopa). Salpimentamos si es
     necesario y llevamos a ebullición. Dejamos 15-20 minutos a fuego muy
     suave.
- Cortamos
     en rebanadas finas el pan y tostamos ligeramente.
- Untamos
     con un trozo de ajo y colocamos en la superficie de la cazuela o en
     cuencos individuales con la sopa y las tostadas por encima.
- Espolvoreamos
     con el queso suave que más nos guste (yo he utilizado gruyère).
- Metemos
     al horno precalentado a 200º. Gratinamos a 220º durante 5-6 minutos y
     servimos inmediatamente bien caliente.
 
 
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